Durante los últimos cuatro meses, los Administradores de Fincas Colegiados han actuado frente a la Covid-19. haciendo recomendaciones para evitar el coronavirus en las comunidades de propietarios. En todo momento, han tratado de garantizar el correcto funcionamiento de los edificios y evitar el contagio de propietarios, vecinos y trabajadores.
Reflexiones de una Administradora de Fincas sobre lacovid-19
Dicen que de todo se aprende, y eso es lo que deberíamos buscar en esta “crisis del Covid”, un aprendizaje.
Desde el primer momento de la pandemia, los Administradores de Fincas Colegiados hemos estado si no en primera línea de batalla (que todos coincidimos en atribuir y agradecer a los sanitarios), sí en la segunda. Hemos acercado la normativa que nos llegaba cada semana a esa gran mayoría de ciudadanos que son propietarios en régimen de Comunidad Horizontal. Nuestra tarea ha sido aclarar y definir de una manera sencilla pero siempre rigurosa, lo que se refería a esos espacios olvidados que son privados, aunque compartidos por muchos propietarios: las zonas comunes.
Con el confinamiento comenzaron las dudas sobre la posibilidades de usar o no las zonas comunes de las comunidades. La respuesta estaba “moralmente” clara. No se pueden usar porque la razón última del confinamiento es evitar los contagios. Y pocas zonas hay más susceptibles de ser contagiosas que las zonas comunes. Pero no podíamos quedarnos en eso. Nuestra actuación como Administradores de Fincas Colegiados frente a la covid-19 necesitaba una base legal. Por eso pedimos aclaraciones al Gobierno… Y todo esto entre el bombardeo de información de los medios de comunicación que divulgaban los avances y retrocesos en la toma de decisiones que desembocaban en los Reales Decretos publicados inexorablemente cada sábado.
Los Administradores de Fincas Colegiados afrontamos estas tareas sobre la covid-19 con total naturalidad, porque así es nuestro trabajo. Inicialmente, nuestras recomendaciones fueron bien recibidas por los propietarios que entendieron qué se podía y qué no se podía hacer, por el bien común. Los ciudadanos confiaban en que nosotros transmitíamos la información veraz. Posteriormente, muchos empezaron por tomarse confianza con el virus y terminaron cuestionando la información que transmitíamos.
Como profesional muy implicada en estudiar la norma y “traducirla”, me he visto reconfortada al ver que con mi granito de arena contribuía a la no expansión del virus. Pero poco a poco, y cada vez más, van surgiendo personas que -sin haberse leído la norma- se creen con autoridad suficiente para contradecirla. Les basta con lo que han leído en el periódico en el mejor de los casos, o con lo que les ha contado su cuñado (esa figura…), sin reconocer que no es algo que nosotros hayamos inventado, y mucho menos decidido.
En la situación actual de “nueva normalidad” (mal nombre en mi opinión), los temas más controvertidos son las Juntas Generales y las piscinas. La norma permite celebrar Juntas Generales , y la norma permite abrir las piscinas de las comunidades… sí, pero con condiciones, con muchas condiciones, muy restrictivas…
Los Administradores no decidimos si se abren o no las piscinas, o si se celebran o no las Juntas Generales. Los Administradores nos limitamos a explicar lo que dice la norma para que se puedan abrir o se puedan celebrar. Y si no se sigue lo que dice la norma, se estará en la ilegalidad. ¿A alguien se le ocurre que se ponga en marcha un ascensor sin puertas? Los ascensores han funcionado sin puertas automáticas mucho tiempo. Hasta que una norma estableció que -para la seguridad de sus ocupantes- esas puertas eran necesarias. Y ahora no se nos ocurre que no las tengan. Lo mismo ocurre con las piscinas: hasta ahora las utilizábamos de una manera, y en la situación actual se requieren una serie de condiciones (de higiene, distancia, y control de aforo). ¿A quién se le ocurre incumplir? Algo parecido ocurre con las Juntas de propietarios.
Y aquí es donde los Administradores nos hemos visto en ocasiones denostados: hay quien sabe más que el legislador (repito, no que el administrador), y pretenden que los Administradores seamos cómplices del incumplimiento de la norma. En este punto es donde tenemos que demostrar nuestra profesionalidad. No es cierto que no pasa nada por incumplir, y menos en este caso… es nuestra vida, la de los propietarios, y la de sus familiares, y es toda la sociedad, quien puede pagar por ello. No es ninguna broma, y no arriesgan su vida los incumplidores, arriesgan la de mucha más gente.
Compañeros, vaya como colofón mi “aplauso” a todos vosotros. Empezando por el Consejo Nacional de Colegios de Administradores de Fincas, y siguiendo por los Consejos Autonómicos, y cada uno de los Colegios Territoriales. Mi aplauso también a todos aquellos que -además de compañeros- os habéis portado como amigos, respondiendo en grupos o particularmente las dudas que nos surgieron a todos sobre cómo afrontar este reto, en los días de confinamiento, y en esta nueva normalidad, y muy en particular a los compañeros #AFColegiadosExpertosPropiedadHorizontal.
Autora: María José Hidalgo Conde – Administradora de Fincas Colegiada 050016
Fuente: comunidades.com