Una donación es una forma de beneficiar a familiares, amigos o instituciones de similar forma que lo hace una herencia, pero estando el donante vivo y con algunas características particulares. Donar viene a ser como “dar la herencia en vida”. Este modelo de repartir los bienes está generando muchas consultas en nuestra gestoría, pues puede suponer una forma de disponer de los bienes a voluntad. Vamos a resolver algunas cuestiones previas.
¿Qué es una donación y quién la puede hacer?
En la donación hay necesariamente un empobrecimiento de patrimonio del que dona y un enriquecimiento patrimonial de quien recibe. Esta forma jurídica evita que un préstamo se pueda convertir en donación.
Pueden ser donantes todas las personas que no hayan sido declaradas incapaces administrativamente. Si bien, los menores de edad tienen limitada su capacidad de donación.
¿Cómo se hace una donación?
La donación se hace ante notario. Es esta figura pública la que acredite mediante su firma la voluntad del donante de ceder sus bienes inmuebles, muebles o dinero a un donatario o beneficiario. Por supuesto, el hecho de que la donación sea un acto notarial implica que el notario puede requerir o investigar cómo se obtuvo el patrimonio, a fin de determinar que solo se done aquello de lo que se es propietario en el momento presente y no en el futuro.
La donación está sujeta a determinados gastos y tiene unas características particulares de las que se puede informar en la gestoría. Los gastos de la donación siempre repercuten en quien recibe el bien. Cada comunidad autónoma establece unos criterios más o menos similares para los casos de donación.
Los gastos se determinan especialmente en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, con alguna diferencia respecto a una sucesión, como que el plazo para ponerse al día con el fisco es de 30 días, en vez de un mes.
Este incremento patrimonial y los posteriores impuestos que se han de asumir, hacen que muchas personas acudan a la gestoría para pedir asesoramiento sobre las donaciones. Hay que considerar entre otras cuestiones si el beneficiario es un familiar o una entidad -como una ONG, por ejemplo-. Además de considerar el grado de afinidad con el beneficiario si es familiar.
La complejidad de las donaciones y los diversos tramos que existen según CCAA y grados de parentesco es tal que siempre es aconsejable contar con el consejo profesional de una gestoría. Puede hacer su consulta aquí.