El Tribunal Supremo absuelve a un hombre condenado por agresión sexual a su cuñada. La prueba en la que se basaba la condena era una conversación entre el paciente y su médico.
Las manifestaciones de un paciente a su psiquiatra «son absolutamente inutilizables» como prueba en un juicio oral, según ha dictado el Tribunal Supremo en una sentencia en la que revoca la condena de un hombre por agresión sexual a su cuñada.
Antonio J.M. había sido condenado por la Audiencia de Barcelona a nueve años de cárcel por una agresión sexual continuada cometida sobre su cuñada entre diciembre del 2008 y diciembre del 2009 en Badalona. También fue penado con 18 meses por abusar de su sobrina, menor de edad, y con seis meses más por exhibirse ante esta. Estas dos últimas condenas sí han sido confirmadas por el Supremo porque las considera probadas sin necesidad de acudir a las conversaciones entre el delincuente sexual y su psiquiatra, informa Efe.
«ABSOLUTAMENTE INUTILIZABLES»
El alto tribunal considera que mientras el testimonio de la menor, de 13 años, es fiable porque resulta persistente, coherente y congruente con otros elementos corroboradores, no sucede lo mismo con el de la cuñada. Y es respecto a este último que el Supremo establece que para intentar refrendarlo no pueden ser utilizadas las conversaciones de paciente y psiquiatra. «Son absolutamente inutilizables y no tendrían que haber accedido al juicio oral las manifestaciones sobre algunos hechos enjuiciados efectuadas por el recurrente a su psiquiatra. Esas entrevistas médicas no pueden servir en modo alguno para obtener información del imputado que en ese escenario es paciente y no investigado».
«El facultativo debe informar sobre aspectos periciales (conclusiones sobre padecimientos psíquicos). Pero ni se le puede preguntar si le relató algo sobre los hechos enjuiciados al paciente, ni mucho menos debe contestar a cuestiones de ese tenor», sentencia el alto tribunal. De este modo, anula esa posible corroboración del relato de la cuñada, cuyo testimonio, dice el Supremo, no merece una fiabilidad suficiente y presenta serias «fisuras».
Fuente: EL PERIÓDICO / BARCELONA